Share
Pin
Tweet
Send
Share
Send
A lo largo de la historia del hígado, siempre se ha asignado un papel importante. En muchas culturas, incluso se le atribuyeron propiedades místicas religiosas.
El famoso médico de la antigüedad Galen describió por primera vez las funciones básicas del hígado, creyendo que el hígado es el órgano central de energía que apoya el trabajo del corazón. Hasta el siglo XVII, el hígado era considerado el órgano principal del cuerpo humano.
Los estudios de científicos modernos demuestran que el hígado es compatible con la actividad vital de casi todo el cuerpo y también afecta a muchos de sus sistemas:
SISTEMA INMUNITARIO: neutralización de diversas sustancias extrañas, en particular alérgenos, venenos y toxinas;
SISTEMA ENDOCRINO: neutralización y eliminación del exceso de hormonas, vitaminas y productos metabólicos tóxicos del cuerpo, como amoníaco, fenol, etanol, acetona y ácidos cetónicos;
SISTEMA DIGESTIVO: proporciona glucosa a las necesidades energéticas del cuerpo y la conversión de varias fuentes de energía en glucosa;
INTERCAMBIO DE CARBOHIDRATOS: mantener un nivel constante de glucosa durante el día (incluso durante el ayuno);
INTERCAMBIO DE VITAMINA: reposición y almacenamiento de ciertas vitaminas y una serie de oligoelementos. El hígado también participa directamente en el metabolismo de las vitaminas A, B, C, D, E, K, PP y ácido fólico;
Una de sus funciones más importantes es BARRERA. Los productos venenosos del metabolismo de las proteínas entregados al hígado con sangre se neutralizan en el hígado. Proporciona síntesis de colesterol y regulación del metabolismo de los lípidos.
Los principales factores de riesgo para el hígado son la mala ecología, el estrés que experimentamos en la vida cotidiana, el trabajo sedentario, el bajo interés deportivo y la naturaleza incorrecta de los alimentos: abuso de comida rápida, productos de harina y dulces. Debido a un estilo de vida sedentario, hay una acumulación excesiva de grasa en las células del hígado, así como daños en las células del hígado. Esto puede conducir a la formación de enfermedad del hígado graso no alcohólico (NAFLD) e incluso cirrosis e insuficiencia hepática.
La alta prevalencia de NAFLD se debe al hecho de que el hígado puede no expresarse durante mucho tiempo hasta que surjan problemas graves con él. Sin embargo, si se detecta NAFLD, entonces se indica el uso de preparaciones que contienen vitaminas antioxidantes, preparaciones de calcio y hepatoprotectores basados en fosfolípidos esenciales, por ejemplo, Essential Forte N.
Sin embargo, NAFLD es una enfermedad reversible. Si hay kilos de más, se indica una pérdida gradual de peso y una dieta especial. Además, agregue más verduras y vegetales a su menú familiar y reduzca la ingesta de alimentos grasos. Muévete más, camina.
¡La actividad física moderada y la nutrición adecuada son la clave para la salud de todo el organismo!
Foto: PR
Material preparado por Julia Dekanova.
Share
Pin
Tweet
Send
Share
Send